Pamplona homenajeará el 6 de noviembre a Salvador Pinaquy, coincidiendo con el 150 aniversario de la subida de agua a la ciudad durante el bloqueo carlista

fuente león

Varios actos reconocerán la labor de Pinaquy en el desarrollo del proyecto que permitió a la ciudad abastecerse de agua y resistir el asedio carlista

El 6 de noviembre de 1874 volvía a manar agua de las fuentes de Pamplona, a pesar del bloqueo que las tropas carlistas llevaban a cabo en la ciudad desde el 3 de septiembre y del corte que para ello provocaron en el suministro de agua desde Subiza. Salvador Pinaquy había hecho realidad en pocas semanas un proyecto para bombear agua desde un manantial que había descubierto en el entorno del molino de Caparroso hasta el depósito ubicado entonces donde actualmente está la iglesia de San Ignacio. Esa subida de aguas permitió a Pamplona resistir el envite carlista que levantó el bloqueo a la ciudad el 2 de febrero de 1875.

El Ayuntamiento de Pamplona quiere conmemorar esa efeméride con un programa de actos el mismo 6 de noviembre (#6NPinaquy #A6Pinaquy), que comenzará con el descubrimiento de una placa en homenaje a Salvador Pinaquy en la calle Mayor 14, lugar donde vivió y donde puso en marcha su negocio de fundición, que posteriormente se conoció como Casa Sancena. El alcalde de Pamplona, Joseba Asiron Saez, y la Comisión de Urbanismo participarán en ese acto. Después, en la sesión de la Comisión de Urbanismo, se aprobará una declaración institucional de reconocimiento a su figura y a su labor. Asimismo, se dará luz verde a la propuesta de dedicarle un espacio público poniéndole su nombre como reconocimiento.

Pero el programa que prepara el Ayuntamiento no se ciñe únicamente al hecho de la subida de agua a una Pamplona bloqueada por las tropas carlistas, sino que se extiende también a todo lo que supuso su trayectoria profesional y la huella que dejó y que permanece en la ciudad a través de las mejoras que hizo desde su empresa de fundición. Así, por la tarde, a las 19 horas, el alcalde de Pamplona moderará en el Nuevo Casino una mesa redonda que llevará el título de ‘Salvador Pinaquy y el impulso a la primera industrialización de Pamplona”. Intervendrán como ponentes dos expertos en la historia y la cultura navarra, Víctor Manuel Egia y Pedro del Guayo.

El programa se completa, del 6 al 10 de noviembre, con la instalación en el zaguán de la Casa Consistorial de un photocall centrado en el legado de Pinaquy y que, en muchos casos, aún se disfruta. Ese photocall estará abierto del 6 al 8 de noviembre, entre las 8 y las 20 horas, y el fin de semana, los días 9 y 10 de noviembre, de 10 horas de la mañana a 20 horas de la tarde.

Creador de elementos referentes de Pamplona

Salvador Pinaquy Ducasse nació en Bayona en 1817 y murió en su casa de la calle Mayor 14 de Pamplona en 1890. Con 31 años vino a Pamplona desde su tierra natal junto a José Sarvi, con quien fundó en 1850 la sociedad Salvador Pinaquy y Compañía, dedicada a la fundición y la herrería, con especialidad en construcción y montaje de maquinaria agrícola. El taller se ubicó en la zona del molino de Caparroso. Entre otros trabajos, el taller creó las columnas de hierro del actual cuerpo de guardia de la cuesta de Santo Domingo (actual Espacio SanFermIN! Espazioa) o el sistema de elevación del portal de Francia. Además, fue la encargada de diseñar y ejecutar la mayoría de los elementos del patrimonio menor que decoraron la ciudad en los primeros años de la industrialización del siglo XIX.

El 6 de noviembre de 1874 Pamplona entera celebró el regreso del agua a las fuentes de la ciudad tras casi un mes de intenso trabajo para crear la estructura que subiera el agua desde las orillas del Arga. Las crónicas cuentan que se adornó la plaza de la República (actual plaza del Castillo) con banderas y guirnaldas, que salieron los gigantes y kilikis e incluso que hubo baile en el paseo de Valencia, además de un acto de inauguración de la obra. Un día antes del fin del bloqueo, el 1 de febrero de 1875, el Ayuntamiento de Pamplona le entregó a Salvador Pinaquy una medalla conmemorativa de oro como agradecimiento y reconocimiento a la labor.

Unos años después, Pinaquy adquirió un edificio en la calle Mayor (actual número 14), al que trasladó su vivienda y en cuyo patio montó una nave para su negocio. Se casó con Antonia Sancena Vergara y tuvo un hijo, Salvador, que falleció poco después que él. El negocio pasó entonces a su cuñado, quien constituyó en 1894 la sociedad Sucesores de Pinaquy y Cía. En la década de los 40 del siglo XX, se creó la SL Casa Sancena, Sucesor de Pinaquy, que mantuvo su actividad dedicándose a la producción de mobiliario urbano. Casa Sancena está detrás, por ejemplo, de las barandillas del león o de las fuentes verdes con la cara de un león.

 

150 aniversario de la subida de las aguas a pamplona ideada por Salvador Pinaquy

·      Miércoles 6 de noviembre

o    9:00 horas. Inauguración de una placa en honor a Salvador Pinaquy. Calle Mayor 14, lugar donde estableció su domicilio y fundición (posteriormente Sancena)

o    A continuación, la comisión de Urbanismo debatirá una propuesta de declaración institucional en reconocimiento a la figura de Pinaquy.

o    19:00 horas. Nuevo Casino de Pamplona. Mesa redonda. ‘Salvador Pinaquy y el impulso a la primera industrialización de Pamplona’. Ponentes: Víctor Manuel Egia y Pedro del Guayo. Moderador: Joseba Asiron Saez

·      Del miércoles 6 de noviembre al domingo 10 de noviembre

o    Photocall centrado en el legado de Pinaquy. Zaguán de la Casa Consistorial

o    Horarios: del miércoles 6 al viernes 8 de noviembre, de 8.00 a 20.00 horas; sábado y domingo, de 10:00 a 20:00 horas

·      Texto del photocall ‘La Iruña de Pinaquy’

“Salvador Pinaquy Ducasse (Baiona 1817-Pamplona 1890) fue un pionero de la industrialización en Navarra. En su fundición, sita inicialmente en el molino de Caparroso, ingenió todo tipo de inventos para la modernización de la agricultura, como arados mecánicos, extirpadoras de raíces, trilladoras, segadoras y sierras mecánicas. Y sabemos que, durante dos años, entre 1863 y 1865, trabajó para él como empleado el mundialmente famoso tenor roncalés Julián Gayarre.

En 1874, durante la Guerra Carlista, Pamplona fue asediada y vio cómo los atacantes cortaban el suministro de agua, desencadenándose una terrible epidemia de tifus en la ciudad. En aquel momento surgió el genio de Pinaquy, que encontró un secreto manantial de agua situado junto a su molino-fundición, y se las ingenió para remontar, mediante bombas y tuberías de su establecimiento, los 39 metros necesarios para volver a llevar el agua a Pamplona. Entre enormes muestras de alegría, el agua volvió a manar de las fuentes pamplonesas el 6 de noviembre de 1874, ahora hace justamente 150 años.

En 1885 Pinaquy trasladó su fundición a la calle Mayor, donde trabajó hasta su muerte, y en 1890 el establecimiento pasó a manos de su cuñado Martín Sancena. De los hornos de Casa Sancena-Herederos de Pinaquy surgió buena parte de los elementos de mobiliario urbano más propios, genuinos y conocidos de Pamplona. Allí se fabricará la típica barandilla metálica con el escudo de Pamplona, bancos, farolas, papeleras, las tapas de alcantarilla con la palabra “Sancena”, y su más característica creación, las famosísimas fuentes del león, de las que todavía quedan cerca de 350 en nuestras calles y plazas

Cuando se cumplen 150 años de la subida de aguas de 1874, el Ayuntamiento de Pamplona ha querido renovar su voto de gratitud a Salvador Pinaquy, colocando una placa conmemorativa en el lugar en el que estuvo su fundición. Sirva este humilde photocall, compuesto a base de elementos de origen y cronologías diversas, como recordatorio de su enorme aportación a la ciudad”.

Deja un comentario

Tu email no será publicado