La rehabilitación de Casa Arraiza mantendrá el diseño de sus espacios y recuperará la zona ajardinada para acoger un edificio polivalente y una residencia eventual de artistas

casa arraiza

La propuesta ganadora prevé una intervención conjunta en toda la parcela y cuantifica el presupuesto de las obras en unos 2,9 millones de euros

Casa Arraiza, en el parque de Aranzadi, se convertirá en un espacio para el ocio y la cultura, con un edificio de usos múltiples que incluirá zona de hostelería, entre otros servicios, con un pabellón como residencia eventual para artistas y con un proyecto de paisajismo en sus jardines. La propuesta de intervención adjudicataria del contrato de redacción del proyecto de reforma de Casa Arraiza y, en su caso, de la dirección de obra apuesta por una intervención integral que recupere los espacios y la esencia del conjunto, manteniendo la trama de los edificios y conservando el valor patrimonial de las estructuras vegetales y arbolado del jardín.




La propuesta que ha obtenido mayor puntuación, de las siete que se presentaron a la licitación, ha sido la de OFS Sociedad Cooperativa Profesional. Tal y como establece la ley, se le ha dado un plazo de 7 días para presentar la documentación requerida para determinar la solvencia tanto técnica como económica. Se prevé que a finales de este mes de febrero se apruebe en Junta de Gobierno Local la adjudicación definitiva. A continuación, se abrirá un plazo de entre cuatro y seis meses para la redacción del proyecto, con un presupuesto en torno a los 150.000 euros. La ejecución de la obra podría llevarse a cabo entre 2025 y 2026, con un presupuesto aproximado de 2,9 millones de euros.

Casa Arraiza se construyó en 1915, según el proyecto del arquitecto Emilio de Otaduy, promovido por el industrial de origen vizcaíno José Luis Ybarra. Originalmente, constaba de sótano, planta baja y planta superior, con un estilo de casa típica andaluza, un patio central con una fuente arabesca, azulejos en fachada y paramentos interiores. En el entorno, se halla un cenador con cubierta de cúpula de hierro, una zona de pérgolas con arbustos ornamentales y bancos de piedra y un jardín arbolado con diferentes especies. La parcela cuenta con 7.650 metros cuadrados.




Edificio principal

En el edificio principal de Casa Arraiza, se plantea una rehabilitación basada en el respeto a la trama inicial del propio edificio, una trama ortogonal en torno a un patio de luces. Se propone recuperar el dibujo y diseño de la escalera original, escalera situada en el eje principal de la casa, enfrentada al acceso a través del patio. De esta forma, se fortalece la claridad en el esquema con el que se ideó la vivienda original.

Desde el acceso principal en planta baja, se propone situar el salón al sur en relación con el jardín ornamental y al norte el bar. Al fondo, desde el acceso general, se visualiza la escalera junto a la pieza de espacios de servicio en el que se sitúan a un lado los aseos y al otro la cocina. Los huecos de las ventanas interiores al patio permiten una lectura espacial completa de la planta desde cualquier punto. Esta permeabilidad permite integrar el patio en las circulaciones habituales entre salas y convirtiéndolo en el centro y corazón del proyecto. El patio será objeto de una cuidada recuperación con un nuevo lucernario.




La estructura y disposición de la planta primera es muy similar a la propuesta para planta baja. Escaleras y espacios de aseos, office y almacén, quedan al oeste, liberando el resto de la planta para la sala de recepciones y talleres. En la voluntad del proyecto está generar espacios fluidos y versátiles, por lo que se proponen particiones de paneles móviles, que ofrezcan la posibilidad de ofrecer espacios para los talleres para artistas de distintas dimensiones.

La planta entrecubierta, destinada a exposiciones, se plantea como un gran espacio diáfano, con el núcleo de comunicaciones y office situado al oeste. El espacio de exposiciones debe restringirse a la parte central, única zona con altura suficiente para acoger la actividad. Sin embargo, se plantea prolongar la actuación en el solado hasta el límite de la cubierta, ampliando la sensación espacial del conjunto y facilitando la versatilidad de la actuación.




Casa de invitados

En cuanto a la cercana casa de invitados, se opta por su puesta en valor ya que, aunque no representa en sí misma un referente de la arquitectura, sus cualidades intrínsecas aportan carácter al entorno, así como su pozo y sus arcos. El porche de acceso existente desde el este da paso al patio, protagonista absoluto del edificio. Se mantendrá como patio abierto (se descarta cubrirlo), con la posibilidad de mantener plantas de exterior en el mismo.

Las seis habitaciones se ubican todas ellas en planta baja. Dado que existe un cuerpo que se eleva en planta primera, se plantea un acceso a través del patio original por el exterior. Los usos de ese espacio pueden ser variados, desde office a taller o como espacio posible de ampliación. La escalera de caracol existente no cumple con la normativa por lo que su hueco se destinará a ascensor para convertir en accesible la primera planta.

Ambas edificaciones contarán con medidas medioambientales y sostenibles como un alto nivel de aislamiento, la utilización de materiales reciclables o el uso de energías renovables, entre otras. Se ha diseñado una climatización mediante bomba de calor, que generará calor en invierno y frío en verano. Se instalarán sensores de monitorización de los niveles de CO2 para reducir el caudal de ventilación, luminarias de tipo led de bajo consumo y los cuadros eléctricos se incluirán en la plataforma online para la gestión inteligente del edificio. Se colocarán placas fotovoltaicas en las cubiertas para cubrir en parte las necesidades energéticas.

 




Zona ajardinada

El jardín de Casa Arraiza, por su configuración y diseño, posee un gran valor como bien de interés artístico y cultural en la historia de los jardines de Pamplona. En él, se pueden encontrar estructuras vegetales, así como ejemplares arbóreos y arbustivos de interés patrimonial. Destaca el conjunto de topiaria, formado por los setos con podas ornamentales del patio de entrada, y los arcos vegetales frente a la fachada sur que se prolongan hasta la pérgola, configurando una especie de capilla vegetal. También hay construcciones clásicas como una fuente central ornamental, la pérgola con plantas trepadoras y el cenador con cúpula de hierro. Estos elementos presentan en la actualidad degradaciones diversas y necesitan ser intervenidos para garantizar su conservación.

La propuesta se apoya en los valores propios del jardín y aporta soluciones para preservarlos, amplificarlos y adaptarlos a la condiciones sociales y medioambientales contemporáneas. Los nuevos usos serán compatibles con la preservación de la atmósfera doméstica del jardín, con l rehabilitación y gestión sostenible de las estructuras vegetales (topiaria y setos) y los elementos construidos (pérgolas y pavimentos) y con la conservación de la vegetación existente.  Todo ello se integrará en armonía con el jardín histórico cuya función principal seguirá siendo la de procurar un lugar para el descanso, el paseo y el disfrute de los sentidos.

Se baraja la instalación de una terraza de verano, frente a la casa de invitados, bajo las copas de los plátanos de sombra o el acondicionamiento natural de la pradera de la pista de tenis para la celebración de eventos. El proyecto propone una red sencilla de itinerarios y caminos que se apoyan en los trazados preexistentes con la finalidad de revelar y preservar la estructura original del jardín.

Deja un comentario

Tu email no será publicado