Desde el curso 96/97 han pasado 36.000 alumnos de 1º y 5º de Primaria por este programa, que ofrece 30 sesiones por grupo durante el curso
Desde ese fecha una media de 1.800 alumnos de 1º y 5º de Educación Primaria acogen por curso, entre las materias de su calendario escolar, actividades vinculadas con la expresión corporal, el lenguaje, la creatividad, el trabajo en grupo y las emociones que son llevadas a las aulas por los especialistas de la ENT. Los centros escolares solicitan participar en el programa e insertan los talleres dentro del horario previsto para de la asignatura de Educación Artística; pueden pedirla en castellano, euskera o inglés, que son los idiomas en lo que se imparten. A partir de ahí, los monitores de la Escuela Navarra de Teatro realizan 30 sesiones de unos 50 minutos que protagonizan los propios menores a lo largo de todo el curso escolar. El pasado curso participaron en este programa 90 grupos de alumnos de 26 centros distintos, 59 grupos trabajaron en castellano, 26 en euskera y 5 en inglés)..
Atendiendo siempre a las competencias básicas que establecen las normas educativas, el objetivo final de este programa es enriquecer los recursos expresivos y representativos que poseen los menores: la voz, el disfraz el, gesto dramático, el movimiento corporal, etc. La idea es que el manejo adecuado de esos recursos facilita su comunicación y su relación con los demás, e incrementa la capacidad de análisis, algo que antes se obtenía a través del juego que es una actividad a la que cada vez se dedica menos tiempo.
El teatro en la construcción personal
Para los más pequeños (de 6 a 7 años) lo previsto en e programa son ‘Talleres de juego dramático’. Para los mayores (10-11 años), la propuesta es la dramatización con títeres y marionetas. En ambos casos los menores se enfrentan a un momento importante en el crecimiento de su personalidad. Los pequeños terminan la etapa de Infantil y entran en el juego de probar y adquirir roles sociales; los mayores comienzan la preadolescencia y con ello la búsqueda de una identidad que, entre otras cosas, pueden “colgar” de los títeres que manejen. En esos puntos de inflexión el juego dramático ayuda ya que, a diferencia del teatro, no busca la reproducción de la realidad, sino que es una actividad colectiva no subordinada a un texto y que no necesita de actores virtuosos sino mostrar y disfrutar del placer del juego y exteriorizar realidades personales.
Cada sesión, de unos 50 minutos se divide en tres partes. En la primera se trabaja la percepción y la toma de contacto con el teatro, en la segunda, la central, se practican los diferentes modos de expresión mediante juegos, ejercicios y técnicas. La tercera parte de las sesiones es una evaluación de los propios alumnos sobre lo trabajado. Con cierta frecuencia al final de curso se suelen realizar pequeñas representaciones para que alumnos y profesores del centro puedan ver el resultado del trabajo; también es frecuente la exposición en los centros de los trabajos plásticos realizados (máscaras, marionetas, decorados, etc.).
Cinco años de implantación y 20 de trayectoria
Y es que esa capacidad del teatro para fomentar la expresión fue el origen del programa. En los últimos 20 años se ha mantenido curso tras curso el perfil de este programa municipal. Pero la iniciativa comenzaba unos cinco años antes como una experiencia piloto. En el curso 90/91 la experiencia arrancaba en las Escuelas de San Francisco y el boca oído llevaba el C.P. Nicasio Landa a sumarse a esta iniciativa en el año 93. Ambos centros presentaban en aquel momento unas características de alumnado que los hacía especialmente interesantes para ensayar con los menores escolarizados los lenguajes expresivos.
A partir de ahí el crecimiento fue gradual, aunque no progresivo y seis años después de la primera experiencia, los especialistas de la Escuela Navarra de Teatro ya estaban trabajando con 10 centros escolares en euskera y castellano (curso 95/96).
Vista la demanda de la iniciativa entre la comunidad escolar y el interés por parte, tanto del Consistorio, como de la ENT, en el curso 96/97 –hace 20 ediciones- el programa se regularizaba por medio de la convocatoria de un concurso administrativo y con el actual perfil, abierto a todos los centros escolares de la ciudad, además de a los centros de educación especial. El curso 1999/2000 se registraban 64 grupos; el pasado año fueron 90.