La nueva herramienta dirigida a toda la ciudadanía también persigue la corresponsabilidad y la ausencia de violencia machista
El III Plan para la Igualdad está previsto que tenga una duración de 6 años, tiempo durante el que contará con dotación presupuestaria para llevarlo a cabo. Ha partido del Diagnóstico sobre igualdad entre hombres y mujeres presentado el año pasado y que analizaba, entre otros, aspectos como demografía, empleo, corresponsabilidad, movilidad, urbanismo, participación y redes de mujeres, hábitos saludables y deporte; educación y cultura o violencia contra las mujeres.
Ha contado en su elaboración, con la asistencia técnica de las asesorías Likadi y Eraberria, y la participación de personas técnicas y responsables de todas las áreas del Consistorio, los grupos políticos municipales, asociaciones de mujeres y colectivos feministas y personas interesadas que también han realizado aportaciones. De hecho ayer fue presentado en el Consejo Municipal de la Mujer. De esta forma, se ha querido impulsar la participación del tejido asociativo de mujeres y reconocer su importancia.
Siete principios rectores
En el plan aparecen recogidos los siete principios rectores. El “enfoque de género” como el básico por ser el análisis a partir del cual abordamos la desigualdades existentes y su comprensión. El principio de “diversidad’ para recordar que las mujeres no responden a una única seña identitaria por lo que deben ser tenidas en cuenta desde todos los aspectos que las diferencian. Asimismo, se recogen como ideas principales “la participación y el liderazgo de las mujeres” como un elemento imprescindible para el avance democrático y la ‘no neutralidad’ de las políticas públicas que significa que todas las intervenciones públicas tienen impacto sobre la situación de desigualdad, bien reproduciéndola y manteniéndola o bien transformándola.
También con la administración está relacionado el quinto principio rector, el de la “corresponsabilidad” de todas las áreas municipales para el desarrollo del Plan y la necesaria “cooperación institucional” con otras administraciones y agentes sociales para conseguir la igualdad. El sexto principio rector se refiere a la “garantía presupuestaria y de recursos”, garantía real de compromiso político con la igualdad. Para finalizar, la garantía de “transparencia” se cita como séptimo principio rector, ubicando a la ciudadanía en el centro de las políticas, facilitando su participación no solo en la evaluación de estas sino en su diseño y desarrollo.
Objetivos con medidas concretas
El primero de los objetivos señala que para que se conviertan en real la gobernanza y el compromiso político con la igualdad se apostará por la transversalidad, quedando implicadas todas las áreas para que su trabajo quede impregnado con la “mirada de género” en todas sus fases. Asimismo, se apoyará la capacitación política y técnica en este campo y se impulsarán procedimientos de trabajo y administrativos que integren el principio de igualdad. En este sentido, por ejemplo, aumentarán los profesionales municipales que trabajen en el área, se fortalecerá en trabajo en red con otros ayuntamientos para intercambiar experiencias, se analizarán las necesidades formativas del personal municipal, se revisarán las ordenanzas, se apostará por el uso del lenguaje inclusivo, se trabajará por genera los datos desagregados por sexo y se incluirán cláusulas de igualdad en contratos.
Para impulsar el empoderamiento de las mujeres y cambio de valores, el Consistorio trabajará para que las mujeres alcancen su autonomía económica, aumente su participación e incidencia política, se trabaje la educación y coeducación para desaprender los roles y estereotipos de género, se integren hábitos saludables, participe en el campo de la Cultura y la creación cultural, y se reduzca la brecha digital. Medidas concretas serán, entre otras, la creación de un espacio para las mujeres y creado y pensado por las mujeres, un lugar donde poder trabajar este empoderamiento junto a otras mujeres y que incluya formación e intercambio. Aquí se situarían también la Escuela de Empoderamiento y el Centro de documentación y biblioteca especializada en género.
El cuidado como asignación a las mujeres y una ciudad libre de violencias machistas
El tercer objetivo es el del reconocimiento de los cuidados y la corresponsabilidad como elementos clave para la sostenibilidad de la vida. Dentro de ese apartado el documento señala que “la asignación tradicional de la reproducción y la producción a mujeres y hombres sigue determinando una organización social en la que el cuidado, lo reproductivo, lo privado, es un espacio mayoritariamente de mujeres”. Por esta razón el III Plan de Igualdad apuesta por un cambio de modelo desmontando la vinculación mujer-cuidado. Para ponerlo de manifiesto, entre las acciones, se encuentran el cálculo del impacto económico que la asunción de los cuidados tiene en la economía de la ciudad, la creación de redes de personas cuidadoras o la elaboración de un mapa de los recursos para el cuidado existentes en la ciudad. También en este apartado se incluye la planificación urbanística, el diseño de las viviendas, los espacios públicos y el transporte para facilitar la conciliación en una ciudad segura con medidas concretas como, por ejemplo, el impulso de planes para la igualdad en las empresas y organizaciones que contemplen programas de conciliación corresponsable o canalizar las aportaciones de las urbanistas feministas para que se contemplen en el diseño de la política de urbanismo, espacios públicos y vivienda.
El cuarto y último objetivo del plan es el de una vida libre de violencias machistas en una ciudad segura y según el texto presentado hoy se combinan líneas para una intervención coordinada ante la violencia contra las mujeres y menores contemplando variables como diversidad funcional, etnia, religión, idioma o clase social y con la prevención como eje para la transformación de los valores sociales que la sustentan. Así se quiere mejorar las condiciones de vida de las mujeres que enfrentan la violencia y de su entorno incluyendo a aquellas en situación de trata con fines de explotación sexual. Ejemplos de actuaciones en este sentido son la aprobación de una norma que recoja las actitudes sexistas prohibidas en la ciudad y sus sanciones asociadas y mostrar a través de señalización urbana la no tolerancia con las agresiones sexistas.
Algunos datos del diagnóstico en el que se basa el plan
Para la elaboración del plan, el Consistorio partió de un diagnóstico sobre la igualdad entre mujeres y hombres en Pamplona, presentado el año pasado. Este estudio dejó una radiografía de la ciudad que indicaba que a principios de 2014, Pamplona contaba con 197.781 personas en el padrón de las que un 52,3% son mujeres. Entre la población inmigrante, las mujeres suponen un 48,7%. La pirámide de edad muestra un mayor porcentaje de hombres desde los 0 hasta los 45 años, con un ligero predominio de la mujer entre los 20 y los 30. A partir de los 45 años, se muestra una presencia proporcionalmente creciente de mujeres, según avanza la edad.
El 51,85% de las personas en paro en Pamplona son mujeres. El estudio insistía en que las mujeres son quienes de forma mayoritaria se están ocupando de los cuidados y los trabajos domésticos y son las que más hacen uso de medidas para poder conciliar como las reducciones o las excedencias por cuidados. Se describía también que en la administración, la mayoría de las personas empleadas son mujeres (el 68% en el año 2012), mientras que en el sector industrial el trabajo es sobre todo masculino. La actividad comercial también está fundamentalmente en manos de mujeres. En el ámbito político y en los cargos de las instituciones públicas, los hombres seguían siendo mayoría, aunque el número de mujeres va en aumento.