El Ayuntamiento destinará hasta 600.000 euros al mantenimiento de las fortificaciones y los puentes medievales durante los próximos cinco años

mantenimiento murallas

En el nuevo contrato será obligatorio tener en cuenta en las intervenciones la fauna y las especies vegetales presentes y sus ciclos

El contrato de mantenimiento de murallas, tras 10 años de funcionamiento, iniciará próximamente un nuevo periodo en el que, se eleva a cláusula normativa lo que venía siendo una buena práctica: el trabajo coordinado entre la empresa de mantenimiento y restauración, con el personal técnico municipal de medio ambiente. Así, a la hora de efectuar trabajos en las murallas, la Ciudadela y los puentes medievales será obligatorio tener en cuenta los refugios de fauna y sus ciclos de vida, así como las especies vegetales presentes; también hacer análisis previos (“revisión de zonas sensibles”) o incluso delimitar zonas con intervenciones graduada en función de las necesidades de conservación. Además, por primera vez este contrato asumirá el mantenimiento del último elemento fortificado restaurado: el baluarte de Parma. La limpieza de esta estructura cuyos lienzos recaen sobre el río desde gran altura, tendrá requerimientos específicos

La Junta de Gobierno Local ha aprobado la licitación de este contrato, mixto de asistencia y obra, que funciona desde el año 2014 como un sistema permite mantener el conjunto amurallado en perfecto estado de limpieza y conservación, y actuar en aquellos lugares del recinto amurallado y los puentes medievales que, bien por deterioro natural, afecciones de raíces y vegetación, o bien por cualquier otra causa requieran ser limpiados, reparados o sustituidos. Cada año la empresa contratada se dedica de forma continua al arreglo y mantenimiento de los 5 kilómetros de fortificaciones, la Ciudadela y los cuatro puentes medievales (Magdalena, San Pedro, Santa Engracia y Miluce), bajo la supervisión de personal técnico municipal.

Esta mañana el concejal delegado de Ciudad Habitable y Sostenible, Borja Izagirre Larrañaga, ha presentado las condiciones del nuevo contrato que tiene como presupuesto inicial 600.000 euros para los 4 años, además de una posible prórroga anual y lo relativo a la posible revisión de precios a lo largo del periodo de vigencia (por un importe de hasta 49.586 euros). Hasta ahora el periodo de contrato era de 2 años con tres posibles prórrogas anuales y sin revisión de precios.

Tareas a realizar

Las principales labores que debe realizar la empresa adjudicataria a lo largo del año se centran, principalmente, en la limpieza, la conservación y la reparación de elementos. Deberá llevar a cabo la limpieza de plantas y elementos vegetales en todos los ámbitos de las murallas y puentes medievales, con la eliminación de plantas, vegetación y brotes de pequeños árboles que nacen en gran parte de las diferentes estructuras que conforman las murallas; tanto en los soportes de muros de cantería, en mampostería y sillería, como en los de ladrillo, diferentes pavimentos o cualquiera otro en el entorno del recinto amurallado e incluso en los acabados de grava en zonas de las cañoneras.,

Otras labores consistirán en la eliminación de manchas y pintadas en los paramentos de las murallas; en la conservación y mantenimiento del conjunto amurallado y puentes medievales, con todos aquellos trabajos auxiliares que sean necesarios (albañilería, carpintería, metalistería, andamios, señalización del tráfico, asistencia técnica, subcontratación de trabajos especiales o no habituales…); la reparación de elementos de cantería o fábrica de ladrillo dañados.

A través del anterior contrato el Ayuntamiento abordó, por ejemplo, la restauración de la puerta del Baluarte de Guadalupe o la de la sala de calderas de una de las poternas de la Ciudadela; el cierre del Cuerpo de Guardia del acceso a la Ciudadela por la avenida del Ejército, o la recolocación de un peldaño de acceso a los fosos y una tapa de remate del cordón en el Baluarte Real. Entre los trabajos distintos de la limpieza ordinaria destaca también la instalación de puntos de anclaje en el Baluarte de Parma, en su vertiente al río e intervenciones en el entorno más turístico de la ciudad: el recorrido el Encierro.

Asimismo, se realizarán pequeños trabajos auxiliares de albañilería, jardinería e instalaciones en el entorno de las murallas, tanto para el desarrollo de eventos, exposiciones y actos públicos como para la mejora en aspectos de accesibilidad, así como aquellos trabajos que puntualmente puedan ser necesarios en construcciones relacionadas con las murallas, como el Centro de Interpretación del Fortín de San Bartolomé. Por último, se incluye la asistencia técnica y logística en trabajos de reparación en las colaboraciones con otros servicios municipales, empresas o Servicios Sociales que el Ayuntamiento decida llevar a cabo, como las escuelas-taller municipales, siempre en aspectos relacionados con las murallas.

20 años trabajando en el patrimonio fortificado

El conjunto fortificado de Pamplona, fue construido entre los siglos XVI y XVII. Su ocaso se produjo en el siglo XIX, debido a su ineficacia frente a los avances de la artillería y al gran crecimiento demográfico que exigía una ampliación de la trama urbana. Pamplona celebró como un gran acontecimiento el derribo de parte de sus murallas, de 1915 a 1921.

El Ayuntamiento de Pamplona comenzó a trabajar en el año 2006 en un plan de actuación para la recuperación del recinto fortificado de la ciudad y la mejora de su entorno. Se trataba de ordenar, conservar y enriquecer el paisaje urbano histórico de la ciudad amurallada, adecuar el patrimonio a las nuevas demandas y funciones, comprender y organizar la ciudad histórica para el bienestar de habitantes y visitantes, y conseguir un recinto amurallado accesible en todo su trazado.

Para hacerlo posible la ciudad lleva dos décadas trabajando e invirtiendo fondos propios, del estado y de Europa en las murallas y la Ciudadela y, 20 años después, prácticamente la totalidad del recinto fortificado de Pamplona, se encuentra restaurado. El último elemento intervenido fue el baluarte de Parma, cuyas necesidades de conservación se suman a este contrato.

Las murallas de Pamplona, en su día barrera por su función defensiva, son en la actualidad lugar de ocio y elemento de integración del patrimonio cultural y medioambiental de Pamplona. Este contrato busca mantener en vigor esos valores y ofrecer la mejor cara del sistema amurallado de la ciudad.

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