La colección permanente del pintor, que vivió también en Madrid y París, se unirá a la que ya existe en Condestable del violinista Pablo Sarasate
El edificio del Palacio del Condestable ya ha sido sede de una exposición de Javier Ciga. El año pasado el Ayuntamiento de Pamplona puso en marcha una nueva línea de exposiciones sobre artistas navarros del siglo XX ya fallecidos con ‘Ciga y París (1912-1914)’. La muestra se organizó coincidiendo con el centenario de la que está considera su obra maestra, ‘El mercado de Elizondo’, que fue presentada en el Salón de Primavera de París en 1914 y que actualmente es propiedad del Consistorio pamplonés.
Las futuras salas acogerán, sin embargo, obras de toda su trayectoria. Los cuadros serán cedidos por la Fundación Javier Ciga y a ellos se sumarán otras obras propiedad del Ayuntamiento de Pamplona así como trabajos de propiedad pública o privada que, en el futuro, deseen participar en el proyecto. El objetivo de esta iniciativa no es solo el de ofrecer al público la posibilidad de ver las principales obras del maestro pamplonés sino también el de desarrollar a partir de ellas un amplio programa de actividades didácticas y divulgativas que den a conocer mejor la figura y el legado artístico de Javier Ciga.
Una vida en Pamplona excepto sus años en Madrid y en París
Javier Ciga Echandi nació en Pamplona en 1877 y murió en ella en 1960, una ciudad en la que residió la mayor parte de su vida excepto los años en los que vivió en Madrid y en París. Según recogía el texto del catálogo del año pasado escrito por el comisario de la exposición y secretario de la Fundación Ciga, Pello Fernández Oyeregui, es una figura fundamental del panorama pictórico navarro de la primera mitad del siglo XX y cuya obra “hunde sus raíces en el Posromanticismo y en el Realismo. Del primero tomará su amor a la tierra y a las gentes que inspiraron su obra, del segundo su obsesión por plasmar la realidad y llegar a la perfección, superando el academicismo”.
Comenzó su formación en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona en el curso 1892/93 y la continúo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando entre 1909 y 1911. Ese año, inició un viaje por España, Francia, Bélgica, Holanda y Alemania junto con su maestro Garnelo, lo que le hizo conocer la pintura flamenca y los grandes maestros del barroco flamenco y holandés. Una formación en el extranjero que muy pocos artistas navarros lograron tener.
En 1912 se establece en París, considerada la capital de la cultura, hasta 1914 en que estalla la I Guerra Mundial y tiene que abandonar la ciudad justo en el momento en el que acababa de darse a conocer en el Salón de Primavera. Ese Salón Oficial de París, considerado el evento artístico mundial más importante, le aportaría su mayor éxito y su ingreso como miembro de número en el Gran Salón de París. En el de Salón de Primavera en el que participó Ciga se presentaron unas 4.000 obras, entre ellas ‘El Mercado de Elizondo’ que fue titulado ‘Paysans Basques’. Su triunfo fue recogido ampliamente por la prensa navarra.
Este camino lo recorrió gracias a becas de la Diputación Foral de Navarra y del mecenazgo de la familia Urdanpilleta, quien entre otros gastos asumió el coste de viajes, academias y el piso de Montmartre en París. A pesar de instalarse en Pamplona en 1915, continuó mostrando su obra en otros foros, como en las Exposiciones Nacionales de Madrid de 1915 y 1917, en donde presentó ‘Un viático en Baztan’.
En Pamplona se convirtió en el retratista de la burguesía navarra al mismo tiempo que continuaba pintando los paisajes y los habitantes de Baztán. Tuvo una gran influencia en el arte contemporáneo al ser profesor y maestro de un gran número de pintores navarros del siglo XX de distintas gerenaciones.