Hoy se retiran los andamios, tras tres semanas de intervención rehabilitadora sobre ese elemento
En el transcurso de la limpieza han aparecido dos medallones de latón figurativos, de unos 80 cms. de diámetro, que pasaban desapercibidos y que se han recuperado y protegido y a partir de ahora se podrán apreciar en la fisonomía de la escultura. Esta cruz es patrimonio municipal aunque fue originariamente realizada para los jardines del claustro de la Catedral, donde estuvo entre 1932 y 1941, fecha en la que se trasladó a su actual ubicación. Mide alrededor de 4 metros, pesa tres toneladas y, según consta en la hemeroteca del Archivo Municipal de Pamplona, costó en su momento 70.000 pesetas, aunque su forjador la hizo desinteresadamente.
La restauración de este elemento se realiza con ocasión a la exposición que sobre su autor ha programado el Ayuntamiento de Pamplona en el Pabellón de Mixtos de la Ciudadela hasta el 16 de noviembre. De esa muestra se ha editado un completo catálogo y un plano-guía en el que se pueden localizar obras de Manzana en la ciudad, como las que albergan las iglesias de San Nicolás y de San Agustín, el Cementerio de San José, la calle San Fermín o el Hospital de San Juan de Dios.
Las Cinco Llagas y la efigie de Cristo sobre latón
La actual intervención restauradora es la segunda que se hace en ese elemento, tras la que realizó en el año 1986 el taller de Forjas Brun. En ese momento la cruz tuvo que ser retirada de su ubicación, instalándose de nuevo en el espacio público el 30 de junio de 1987, después de su limpieza y de resolver sus problemas de anclaje. La cruz, muy pesada, sólo estaba fijada al suelo por un punto y se estaba escorando. Forjas Brun ideó el sistema de múltiples anclajes con soportes metálicos al cuerpo del dragón que rodea su base piramidal y que hoy se mantiene.
En esta restauración se ha realizado la limpieza de la superficie con aspirador y brochas, y, manualmente, el vaciado de restos del interior. La cruz se ha cepillado hasta retirar la capa de óxido y, donde eso no ha sido posible, se ha aplicado un conversor de óxidos para revertir el proceso. El remate de la intervención ha sido las capas de imprimación protectora y pintura negra. La cruz, como se recoge en la publicación municipal “La guía de escultura urbana de Pamplona” fue realizada a golpe de martillo en hierro al rojo vivo, con material, muchas veces, de desecho.
Lo que no era conocido, por el estado de suciedad en el que se hallaba la cruz, era que en la cara Norte y Sur del punto de intersección de los “brazos” estaban dispuestos sendos medallones de latón, de unos 80 cms. de diámetro, que han aparecido en la limpieza. Ahora el color dorado de estas placas destacará respecto del negro del resto del elemento a simple vista. En el lado Sur el medallón muestra la efigie de las Cinco Llagas, un elemento iconográfico propio de la ciudad de Pamplona; en el lado Norte, la imagen representada es la cara de Cristo.
Esta cruz tan característica acabó dando el nombre de uso a la plaza del Segundo Ensanche y al IES que en ella se ubica y se sitúa en el centro del espacio, rodeada por un jardín y aislada de la vía pública mediante un pequeño estanque.