El equipo de gobierno ha presentado hoy la propuesta ante la Comisión de Presidencia para su futura aprobación
Este pacto aboga por un protocolo internacional, con la participación de ciudades de todo el mundo, para el desarrollo de los sistemas alimentarios, basado en los principios de sostenibilidad y justicia social. Se basa en adquirir un compromiso de la coordinación de las políticas alimentarias a nivel internacional para promover la gobernanza local como nuevo ámbito político competencial. Este pacto ya ha sido firmado por un centenar de ciudades de todo el mundo, entre ellas, Sao Paulo, Chicago, Seúl o Toronto. En España, lo han firmado algunas ciudades como Barcelona, Bilbao, Valencia, Madrid, Málaga, Zaragoza y Córdoba.
Compromisos
El Pacto de Política Alimentaria Urbana recoge siete compromisos para las ciudades. El primero, trabajar por desarrollar sistemas alimentarios sostenibles, inclusivos, resilientes, seguros y diversificados, para asegurar comida sana y accesible a todos en un marco de acción basado en los derechos, con el fin de reducir los desperdicios de alimentos y preservar la biodiversidad y, al mismo tiempo, mitigar y adaptarse a los efectos de los cambios climáticos.
El segundo compromiso es el de promover la coordinación entre departamentos y sectores a nivel municipal y territorial, para mejorar la distribución y el abastecimiento alimentarios, la protección social, la nutrición, la equidad, la producción alimentaria, la instrucción, la seguridad alimentaria y la reducción de los desperdicios.
El tercero busca la coherencia entre las políticas y los programas municipales relativos a la alimentación; el cuarto, involucrar a todos los sectores del sistema alimentario (incluidas las autoridades locales, los entes técnicos y académicos, la sociedad civil, los pequeños productores y el sector privado), para el desarrollo, la actuación y la evaluación de políticas, programas e iniciativas en campo alimentario.
Los tres últimos compromisos del Pacto son los de revisar y modificar las políticas, los planes y las normas existentes a nivel urbano para favorecer la creación de sistemas alimentarios justos, resilientes y sostenibles; emplear el Marco de Acción como punto de partida para organizar el propio sistema alimentario urbano y compartir los avances entre las ciudades participantes; y promover la participación de otras ciudades en las actuaciones a favor de las políticas alimentarias.
Antecedentes
La cumbre de desarrollo sostenible que se desarrolló en Nueva York el pasado mes de septiembre apostó por adoptar formalmente una nueva agenda de desarrollo sostenible. Esta agenda pretende ser un plan de acción para que la comunidad internacional y los gobiernos nacionales promuevan la prosperidad y el bienestar común en los próximos 15 años.
En esta cumbre se recogieron 17 objetivos para poder guiar la estrategia y las líneas de trabajo. Entre los objetivos, el número 11 recoge la necesidad de lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles; y el número 12 destaca la necesidad de garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
Ante estos acuerdos distintos países, colectivos y asociaciones se han puesto manos a la obra para empezar a trabajar para ir logrando estos objetivos. Entre los compromisos que se han adquirido tras un trabajo compartido entre las distintas ciudades se haya el Pacto de Política Alimentaria Urbana, que fue uno de los legados más importantes de la Expo Milán 2015. Dicho pacto fue firmado en Milán en octubre con motivo del Día Mundial de la Alimentación.