‘Maestros de Bidasoa’ ofrece una visita guiada con Ignacio Larra, Tomás Sobrino, Javier Sagarzazu, Juan Carlos Olaetxea Mª José Marín y Juan Carlos Pikabea

La visita guiada a la muestra, que recoge 80 obras de 28 artistas diferentes, se celebrará el sábado a las siete de la tarde

La exposición ‘Maestros del Bidasoa. Inspiración y dedicación’ ofrecerá, el sábado 30 de mayo a las siete de la tarde, una visita guiada a cargo de Ignacio Larra, Tomás Sobrino, Javier Sagarzazu, Juan Carlos Olaetxea, Mª José Marín y Juan Carlos Pikabea, comisario de la exposición. Esta muestra puede verse hasta el 14 de junio en la sala de exposiciones Conde de Rodezno. Presenta 80 obras de distintas épocas realizadas por 28 artistas diferentes y que tienen al río como punto de unión, ya que las pinturas hacen referencia al Bidasoa desde su nacimiento hasta su desembocadura en el mar.

Organizada por los ayuntamientos de Pamplona e Irún reúne a Darío De Regoyos y Valdés, José Salis Camino, Ricardo Baroja y Nessi, Vicente Berrueta Iturralde, Javier Ciga Echandi, Francisco Echenique Anchorena, Daniel Vázquez Díaz, Bernardino Bienabe Artia, Gaspar Montes Iturrioz, Juan Larramendi Arburua, Menchu Gal Orendain, Elías Garralda Alzugaray, Enrique Albizu Perurena, José María Rezola, José Gracenea Aguirregomezcorta, José María Apezetxea Fagoaga, Ana Mari Marín, José Mensuro ‘Mensu’, Amaia Hernandorena Albea, Jesús Montes Iribarren, Javier Sagarzazu Garaikoetxea, Juan Carlos Olaetxea, Antonio Moreno Bergareche, Tomás Sobrino Habans, Xabier Soubelet, Ignacio Larra, Kepa Arizmendi Bereau y Juan Carlos Pikabea Zubiri.

El horario en el que permanece abierta la exposición es de martes a viernes de 18.30 a 21 horas, los sábados de 12 a 14 y de 18.30 a 21 horas y los domingos y festivos de 12 a 14 horas. Posteriormente, del 17 de julio al 30 de agosto, podrá verse en la Sala de Exposiciones Amaia KZ de Irún. Los fondos que se presentan en esta exposición pertenecen a colecciones privadas de los autores o familiares y públicas, entre ella, las de la Fundación Kutxa; Fundación Javier Ciga; ayuntamintos de Irún y Valle de Baztán; y galerías Echeberría de San Sebastián y Conde de Rodezno de Pamplona.

Catálogo con imágenes, currículum vítae y textos

El catálogo editado para esta muestra recoge fotografías de las 28 obras junto con los currículum vítae de cada artista además de textos del comisario, Juan Carlos Pikabea, del alcalde de Pamplona, Enrique Maya, del profesor de historia del Arte y secretario de la Fundación Ciga, Pello Fernández, del periodista y escritor, Gabriel Imbuluzqueta, del escritor, Mikel Taberna Irazoki ‘Kapi’ y de la periodista Alicia Ezker.

Como indica el comisario Juan Carlos Pikabea en el catálogo, “de su nacimiento a su fusión con el mar, el río Bidasoa ha inspirado a diferentes generaciones de artistas que han dedicado su vida a plasmar en sus lienzos la belleza de nuestro río, la riqueza de nuestras tradiciones y la fuerza del color de nuestra tierra. La selección que he realizado para esta exposición intenta establecer esta conexión temporal entre Arte y Naturaleza gracias a la emoción y a la sensibilidad del espectador”.

Una escuela centrada en el paisaje

Pello Fernández señala en su texto que la Escuela del Bidasoa plantea problemas en cuanto a su definición, cronología, perdurabilidad en el tiempo, distintos focos, lenguajes plásticos, estilos o artistas. Por encima de todo ello, indica que tiene sentido hablar de esta Escuela pictórica, centrada en el género del paisaje, y más en concreto en la cuenca fluvial del río, “pero que va más allá de lo físico para convertirse en una realidad trascendente. En el caso de algunos pintores, no sólo se ciñeron a este género, sino que ahondaron en la figura humana y otras temáticas. Es así, que este género destila lirismo y emotividad”. Paisajes en los que aparecen además del río, praderas, frondosas forestas y follajes con infinidad de verdes que en otoño adoptan una explosión cromática diferente en la que se suceden los rojos, anaranjados, morados, amarillos, ocres, marrones y malvas. A estas características también se pueden unir la lluvia y la niebla.

Por lo que respecta a su evolución, escribe que, “durante la primera mitad del siglo XX, se mantuvo absolutamente fiel al natural, pero siempre entendido, no como copia mimética sino como reinterpretación personal. Ejemplo de ello, son los deliciosos paisajes donde el caserío, el prado y la meta eran fiel expresión de ese bucolismo y de esa suavidad y dulzura propias de esta zona. A partir de la segunda mitad del siglo XX, se inicia un proceso de renovación que dura hasta nuestros días y hace que el presente sea particularmente interesante y con proyección de futuro. Fueron los grandes pintores, Regoyos, Vázquez Díaz y Benjamín Palencia, quienes con su relación especial con la zona, introducirán nuevos aires renovadores. Ligados a ellos, se sucederán los modos y maneras impresionistas y postimpresionistas, constructivistas y fauvistas”. Aparece “una simplificación de los elementos pictóricos, haciendo una síntesis de la estética poscezaniana y cubista con un geometrismo que define los planos generadores de la forma. Todo ello, entroncado con una utilización subjetiva y lírica del color, que hará que en otras ocasiones, se derive hacia postulados más fauvistas, con una pintura matérica y gestual que a veces se torna en particular grafía pictórica de trazo ondulante y curvilíneo. En la actualidad, la evolución hacia la abstracción es cada vez más poderosa, pero sin olvidar la base figurativa”.

Miradas personales

Los 28 artistas incluidos en la exposición, tal y como indica Alicia Ezker en el catálogo, “unidos por un paisaje, por ese bello entorno que de una manera u otra les ha modelado como lo que son, no ofrecen aquí una mirada única sino cada cual la suya, para ponernos ante la nuestra un paisaje que es uno y muchos al mismo tiempo.

Entre ellos hay tres pintoras, Ana Mari Marín, Menchu Gal y Amaia Hernandorena que ofrecen “miradas femeninas pero difícilmente sus obras a primera vista se distinguen de las de sus colegas masculinos. No hay por tanto una diferencia plástica de género entre estas pintoras y sus maestros y compañeros, sus obras también se mueven entre el impresionismo y la figuración, pero sí las hay en sus vivencias y en lo que les determinó para el arte el hecho de ser mujer en tiempos en los que ese espacio era más propio de ellos que de ellas”.