La obra fusiona teatro, música, canto y danza en tributo a una figura clave en la promoción de la lengua y cultura vascas en el primer tercio del siglo XX
La plaza de los Burgos será el escenario para la representación de la pastoral en euskera ‘Julia Fernandez Zabaleta-Emakume aintzindariak’, el próximo sábado 12 de octubre. La obra, producida por la asociación Zaldiko Maldiko Kultur Elkartea y promovida por el Ayuntamiento de Pamplona, se llevará a cabo a partir de las 11.00, precedida por una kalejira por varias calles del Casco Viejo, entre las 10.30 y las 11.00. Las invitaciones con asiento para asistir a la representación en la plaza de los Burgos son gratuitas y podrán retirarse en el Palacio del Condestable a partir de este miércoles.
La pastoral la han presentado, en la Asociación Zaldiko Maldiko, el director del área de Cultura, Fiestas, Educación y Deporte, Iñigo Gómez Eguiluz; la directora de la obra, Ihitz Iriart, y su autor, Mikel Taberna. Se trata de una obra en euskera que fusiona teatro, música, canto y danza en tributo a una figura clave en la promoción de la lengua y cultura vascas durante el primer tercio del siglo XX. En la representación participarán más de 30 intérpretes, además de 10 músicos y dos bertsolaris.
La pastoral sobre Julia Fernandez Zabaleta es el último proyecto cultural de la Asociación Zaldiko Maldiko y se estrenó el pasado 4 de mayo en colaboración con el Colegio Público San Francisco del Casco Antiguo de Pamplona. La maestra pamplonesa fue una mujer pionera cuyo trabajo también se centró en dos aspectos fundamentales: la renovación educativa y la lucha por los derechos de la mujer. La obra cuenta con 20 actos en los que se va narrando su historia. El estreno se realizó en el patio del colegio, lugar donde Fernandez Zabaleta ejerció como docente y aplicó sus innovadoras ideas pedagógicas.
Una mujer pionera
Julia Fernandez Zabaleta nació en la calle Dormitalería de Pamplona, hija de Concepción Zabaleta Apesteguia, natural de Zirauki, y de Valentín Fernández García, nacido en Mendigorría, organista de la catedral y músico; tuvo un hermano, Valentín, abogado. Julia estudió magisterio en la Escuela Normal de Pamplona y ejerció de maestra sobre todo en las Escuela Municipales de San Francisco, donde dejó un grato recuerdo que ha perdurado a través de los años. Interesada por la renovación de la metodología de la enseñanza, en 1916 obtuvo una beca del Ayuntamiento de Pamplona para asistir al curso que la eminente pedagoga italiana María Montessori impartió en Barcelona.
Escribió un exhaustivo informe que se conserva en el Archivo Municipal sobre los nuevos planteamientos de Montessori en el que incluía su propia reflexión crítica sobre algunos de ellos. Aplicó la nueva pedagogía en su docencia, muy novedosa, que llamó la atención de las autoridades educativas. Se trataba de un método activo, basado en la experimentación, reflexiones, salidas, canciones y juegos.
Julia aprendió decididamente euskera en las clases que la Diputación de Navarra instauró en la escuela de magisterio de Pamplona en 1922, y antes de que transcurriera un año, dio una corta pero emocionante conferencia organizada por la Academia de la Lengua Vasca-Euskaltzaindia en Doneztebe animando a la utilización del euskera. Perfeccionó su aprendizaje y dio numerosas charlas. Entre ellas destaca la que pronunció en Donostia-San Sebastián en 1924 bajo el significativo título “Emakumien etorkizuna (el futuro de las mujeres)”, con un planteamiento avanzado para su época. Feminista y preocupada por los derechos de la mujer, en la citada conferencia abogó por su acceso a la educación, y mencionó que en algunos países la mujer tenía los mismos derechos que el hombre, que podía trabajar en todas las profesiones y que gobernaba junto a los hombres.
Participó activamente en la Asociación “Euskeraren Adiskideak” de la capital, entidad que puso en marcha iniciativas de todo tipo a favor del euskera y que se marcó como objetivo la creación de una ikastola, que finalmente se abrió en 1931. Julia fue la promotora principal junto a otras dos maestras pamplonesas: Catalina Alastuey y María Viscarret. Las tres coincidieron también, junto con otras mujeres, en la organización Emakume Abertzale Batza de Navarra y abrieron caminos para la plena participación de la mujer en la política.
Como consecuencia del alzamiento franquista, tuvo que trasladarse a Bilbao, donde formó parte de la comisión para la creación de la Universidad Vasca, y posteriormente a Lapurdi, donde siguió dando clases a hijos e hijas de refugiados. Fue represaliada y destituida de su puesto de maestra durante 20 años. Estando su madre enferma y su hermano exiliado en México, regresó a Pamplona en la posguerra y tuvo que dar clases particulares para ganarse la vida. Las familias vasquistas de la capital no dudaron en confiarle la educación de sus hijas e hijos. Fue restituida como maestra en 1958 y dio clases en los colegios públicos de Pamplona Vázquez de Mella y El Alcázar hasta que falleció en 1961, como consecuencia de la reacción alérgica a una inyección.
‘Julia Fernandez Zabaleta-Emakume aintzindariak’
- Sábado 12 de octubre, 11 horas, plaza de los Burgos
- Recogida de invitaciones: Palacio del Condestable (horario: 9:00–14:00 y 17:00–21:00)
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