La muestra ‘Mari, lamias y las huellas del bosque’ podrá visitarse hasta el 12 de mayo
Sentir el viento. Escuchar las hojas caer. Sumergirse en el río. Sentir el abrazo de la naturaleza. Todo ello es lo que propone la artista visual Jaio Lertxundi con su exposición ‘Mari, lamias y las huellas del bosque’, una muestra fotográfica en la que todos los elementos de la naturaleza se unen y se entrelazan. El director del área de Cultura, Fiestas, Educación y Deporte, Íñigo Gómez Eguíluz, y la propia Jaio Lertxundi han presentado esta muestra, que podrá visitarse hasta el próximo 12 de mayo en el Horno de la Ciudadela.
La exposición recoge una selección de siete fotografías con escenas de naturaleza que Lertxundi comenzó a captar en 2019, en la Selva de Irati. Ahí arrancó un proyecto que ha marcado el camino de esta artista visual de los últimos años; un camino experimental en el que juega con una naturaleza iconográfica y mitológica, buscando huellas de las lamias (sirenas de agua dulce) y de Mari (la madre tierra en la mitología vasca). Lo hace a través de fotografías que invitan a la calma, la quietud y que transportan al espectador a un universo mágico.
Raíces que se entrelazan abrazando la tierra, reflejos en el agua de árboles y montañas en un juego óptico en el que todo es uno, ramas que arañan el cielo, hojas que bailan al viento e inundan el suelo son algunos de los instantes mágicos captados con la cámara de Lertxundi. Dedicada a la investigación de paisajes, territorios concretados en su propio cuerpo o conectados a través de una delicada comunicación con la naturaleza, Jaio Lertxundi crea representaciones visuales que plasman perspectivas de universos caleidoscopicos, que proponen arquitecturas naturales e íntimas, mediante exposiciones múltiples, reflejos o escenas con un hilo místico entre el renacimiento y la transformación.
Arte sostenible
La propuesta artística ‘Mari, lamias y las huellas del bosque’ pretende hacer un llamamiento al ser humano hacia la naturaleza, su cuidado y lo que representa para la vida. De hecho, con sus fotografías, Lertxundi aboga por un arte sostenible, que explora la relación entre el ser humano, el bosque y los árboles. Una relación que tiene dos vertientes: por un lado, una esfera más de fantasía y temor, mágica y mitológica; y otra más centrada en el cuidado de la naturaleza, como nutriente de la vida misma.
Haciendo pequeños guiños sobre todo lo que ofrece y oculta la naturaleza, Jaio Lertxundi aspira a crear una conciencia social, que devuelva a la tierra el lugar que le corresponde y que se restablezca esa simbiosis ancestral entre el ser humano y la naturaleza, creando un único ser, basado en el cuidado mutuo.
Jaio Lertxundi (San Sebastian, 1977) se formó en la Escuela de Cine y Video ESCiVi de Andoáin (Gipuzkoa) y decidió centrarse en la fotografía, primero en el Centro de Estudios de Vídeo de Barcelona y, después en el Institut d´Estudis Fotográfics de Catalunya / IEFC Barcelona. A lo largo de los años, ha expuesto su obra de forma individual en espacios como el Centro Cultural Castel Ruiz de Tudela, en Barcelona, Reus, en Tarragona y ahora en Pamplona.
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