La Asociación de Personas Sordas de Navarra aboga por normalizar esta lengua para garantizar la inclusión social y la igualdad de oportunidades

La fachada de la Casa Consistorial se ilumina este miércoles en color turquesa para celebrar el Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas. Esta iluminación se realiza a solicitud de la Asociación de Personas Sordas de Navarra (Asorna), una asociación sin ánimo de lucro, declarada de utilidad pública, que ayuda a personas sordas y a sus familias a mejorar su calidad de vida. El color turquesa encierra gran simbolismo y representación para ese colectivo.

La celebración del miércoles, fecha en que se constituyó la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), busca promover la difusión de las lenguas de signos españolas y asentar los valores de tolerancia hacia la diversidad. Las lenguas de signos permiten avanzar en la igualdad y por ello Asorna aboga por normalizar su uso más allá de los ámbitos domésticos, educativos o sociosanitarios. La utilización de la lengua de signos garantiza el derecho de todo el colectivo a expresarse y ser atendido en su propia lengua; sin lengua de signos, no hay igualdad de oportunidades ni verdadera inclusión.

La lengua de signos no es un idioma universal, pues cada país presenta la suya y en el caso de España, hay dos lenguas: la Lengua de Signos Española (LSE) y la Lengua de Signos Catalana. Se calcula que unas 70.000 personas utilizan la lengua de signos en España.

El reconocimiento oficial de las lenguas de signos es una de las vías principales de integración social para el colectivo de personas sordas. Actualmente Finlandia, Dinamarca, Suecia, Reino Unido, Irlanda del Norte, Alemania y Portugal han reconocido sus lenguas de signos. En España, en 2007 se aprobó la Ley 27/2007, de 23 de octubre, por la que se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas.