El Consistorio ha editado un completo catálogo, el tercero de la línea de revisiones, así como un plano-guía con las obras de Manzana en Pamplona
La exposición de Constantino Manzana podrá verse en el Pabellón de Mixtos del 17 de octubre al 16 de noviembre. El horario de vista es hasta el 31 de octubre de martes a viernes de 18.30 a 21 horas; los sábados, de 12 a 14 horas y de 18.30 a 21 horas; y los domingos y festivos, de 12 a 14 horas. A partir del 1 de noviembre se adelanta el horario de tarde que pasa a ser de 18 a 20.30 horas. Todos los detalles han sido ofrecidos en rueda de prensa por el concejal delegado de Educación y Cultura, Fermín Alonso, y el comisario y autor del catálogo, José Mª Muruzábal.
El Ayuntamiento, al igual que en las exposiciones anteriores de ‘Revisiones. Artistas navarros del siglo XX’ ha editado un amplio catálogo que recoge un estudio histórico-artístico del artista realizado por un experto conocedor de su obra, en este caso el comisario, José Mª Muruzábal, y las fichas de las obras. Como actividades complementarias a la exposición se ha organizado una visita guiada por el comisario que se llevará a cabo el domingo 9 de noviembre a las 12 horas, con entrada libre.
Doce obras que pueden verse en Pamplona
En esta ocasión, el Consistorio también ha editado un díptico complementario en el que aparecen situadas en un plano de la ciudad 12 obras de Constantino Manzana. Entre ellas se encuentra la cruz monumental de cuatro metros de altura construida en 1932 que puede verse en la plaza de la Cruz y que actualmente se está restaurando. La monumental Cruz que se alza sobre el dragón, símbolo del maligno, arrastrándose a sus pies fue colocada en un primer momento en el claustro gótico de la Catedral de Pamplona hasta que en 1941 se trasladó a la plaza a la que dio nombre.
De la mano de Constantino Manzana también salieron el escudo de Pamplona colocado en el ‘Paraguas’ del bosquecillo, la decoración del portal número 49 de la calle San Fermín o el símbolo de San Juan de Dios en el hospital que lleva su nombre. Con temas religiosos se encuentran los escudos y el Sagrario de la capilla de la Virgen del Pilar en la Iglesia de San Nicolás, la verja de la Iglesia de San Agustín o elementos del paso del Cristo alzado de la Hermandad de la Pasión del Señor. Las cinco obras restantes pueden verse en el Cementerio de San José y son piezas ubicadas en capillas privadas como una puerta, una lámpara o varios sujeta velas.
Vida profesional en distintos talleres y trabajos
Según señala el catálogo, el nombre de Constantino Manzana aparece escasas veces en la bibliografía navarra del siglo XX, a pesar de ser una persona muy conocida en su tiempo. Constantino Manzana nació en 1907 en Fonz (Huesca) y residió más de medio siglo en Pamplona, a donde llegó por primera vez en 1929 para trabajar en la escuela profesional de los salesianos como maestro de forja. Posteriormente pasó una temporada en Barcelona. Los trabajos de esos primeros años (lámparas de techo, candelabros o esculturas de chapa de metal) pudieron verse en la Exposición de Artes Decorativas organizada por el Ateneo Navarro en 1933.
Tras la Guerra Civil, Constantino Manzana creó en Pamplona una escuela profesional electro-mecánica en el Ensanche para después continuar en la Rochapea, donde al final de los cuarenta y principios de los años cincuenta sus trabajos en forja y metal se van haciendo más escasos. La última aparición en exposiciones que recoge el catálogo es durante las Fiestas de San Fermín de 1947. Después, trabajó en la calle Olite, elaborando camas metálicas cromadas, en la avenida de Carlos III y en la de Zaragoza, en un local de escayolas. La última parte de su vida profesional fue con comercios de zapatos y con la tienda de ‘Jesús Obrero’.
Pasó temporadas en Alicante, en donde protagonizó un hecho sorprendete de su vida, según señala el comisario de la muestra: constituyó una beca dotada con 15 millones de pesetas para el Seminario de Orihuela sin que se sepa de donde podía proceder ese dinero ni otra cantidad también millonaria que tenía en propiedad ya que prácticamente vivió la mayor parte de su vida casi en la pobreza.
En 1992 ingresó en la Casa de Misericordia de Pamplona y murió al año siguiente. Su biografía también recoge datos como que estuvo encarcelado en los años cincuenta por su “peculiar” oposición al régimen franquista o que fue un hombre de una profunda religiosidad católica y de un sentido de colaboración social muy notable, aunque entendida “a su manera“.
Estructuras complejas con líneas curvas
Constantino Manzana, de acuerdo a lo indicado en el catálogo, trabajó la fragua con los métodos más tradicionales, poniendo el hierro al rojo vivo y tratándolo a golpe de martillo. La materia prima, el hierro, lo obtenía donde podía, incluso recogiendo chatarra. Sus diseños, por lo general, “resultan de estructuras bastante complejas, con una clara tendencia al empleo de líneas curvas, utilizando diferentes planos, con salientes y entrantes. Se observa, igualmente, una acentuada tendencia a enrollar y enroscar el hierro. Son obras de gran sentido decorativo que recuerdan formas del modernismo, quizás aprendidas en Barcelona, pero con un sentido recargado. Resulta evidente que el artista acostumbra a emplear unos matices claramente barroquizantes”. Además, de la forja también hay obras de carácter escultórico realizadas en chapa de metal recortada y otras en otro tipo de metales como latón o cobre repujado. Son precisamente estas últimas a las que el artista parecía tener mayor aprecio ya que son las que han quedado firmadas.
El catálogo divide la obra de este artista en cinco grandes grupos. El primero, la forja monumental, en el que se encuadraría la obra de la plaza de la Cruz, un San Miguel de Aralar en Lekunberri o la verja de la capilla del Santo Cristo de la iglesia de San Agustín. El segundo grupo sería la forja para iluminación con distintos elementos entre los que destacan las farolas que acompañaban la Cruz de Pamplona, las pasionarias entrelazadas con espinas del paso del Cristo Alzado, candelabros, faroles, apliques y lámparas de techo. Los escudos como el de Pamplona o el águila bicéfala del antiguo Círculo Carlista de la Plaza del Castillo conforman el tercer apartado. El cuarto grupo son las esculturas en chapa de metal de las que son ejemplos el Acordeonista, Don Quijote y Sancho Panza o el Picador. Por último, estarían los objetos religiosos, obras realizadas tanto en forja como en metal repujado y entre los que se pueden destacar una completa representación de los pasajes del Vía crucis, varias cruces y piezas litúrgicas.
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